¿Sabías qué? Los cuentos de hadas clásicos tienen un gran valor y aportan muchos beneficios para el desarrollo de los niños, pues integran la moral y el conocimiento humano.
Los cuentos presentan un conflicto, una situación que implica internarse en el bosque oscuro (como Hansel y Gretel), o incluso atravesar la muerte (como Blancanieves o la Bella Durmiente) pero que siempre es resuelta a través de un camino luminoso.
Todos hemos crecido con las películas de Disney que si bien no cuentan la historia como debería, hacen que los problemas de los protagonistas sean tan sencillos de resolver. Por eso la importancia de contar los cuentos tal cual son, los niños podrán aprender de los errores y solucionarlos de una manera lógica.
Un ejemplo es en Caperucita Roja, después de que el cazador matara al lobo, la historia continúa. Caperucita vuelve otro día de nuevo a casa de su abuelita y se encuentra con otro lobo, pero ella no le hace caso ni se desvía de su camino. Cuando llega a casa de la abuela y le cuenta lo ocurrido, ambas idean un plan para vencerlo, pues las dos han aprendido de sus errores.
En la historia de Ricitos de Oro y los tres Osos, la mayoría de versiones nos muestra a una Ricitos de Oro que se escapa y nunca más se sabe de ella. En la versión clásica de los hermanos Grimm, en realidad regresa y ayuda a reparar la silla que rompió, también ayuda a la madre a cocinar más comida y sigue siendo amiga de la familia de osos, a quienes visita de vez en cuando.
Contar los cuentos con las historias originales tiene muchos beneficios, los pequeños aprenden más vocabulario, convirtiendo las palabras escuchadas en imágenes internas, que ellos mismos crean y construyen, trabajando su imaginación, así como que cada uno tiene una lección que los ayudará a su desarrollo.
Fuente: Demicasaalmundo.com
¿Tú como prefieres contar las historias?
