No hace falta tener una gran colección de libros, lo importante es tener un rinconcito donde colocarlos y que estén a la vista de todos los pequeños de clase.
El rincón de biblioteca se puede hacer de mil maneras para que sea llamativo y cómodo para los pequeños. Y ver a esos niños tan pequeños sin saber leer, ni siquiera hablar, que tomen un libro y lo “leen” a su modo y te lo cuentan. Eso es lo más maravilloso que hay, ver cómo descubren cosas y las interpretan a su manera que muchas veces como adulto, hemos perdido esa capacidad de imaginar las cosas.
Poco a poco los mismos niños van descifrando que temas son los que más les atraen, a su vez todos participan en la organización, entienden el reglamento y el control de los libros, trabajando así la responsabilidad que conlleva tener una pequeña biblioteca en el aula.