Cuando la amistad cobra sentido

La mayoría de las personas experimentamos varios sentimientos, emociones a lo largo de la vida, una de ellas es la amistad. Para mi esta palabra cobro mayor sentido cuando en la etapa de la Normal de Educadora conocí a Ivette Silva (una chica guapa, inteligente, noble y muy divertida) en un principio éramos amigas del mismo círculo de chicas con las cuales compartimos muchas aventuras, pero mi amistad con Ivette es la más especial de todas.

Y saben ¿Por qué? Es tan especial, porque alguien que salva tú vida merece permanecer siempre en tú corazón. Resulta que cuando estudiábamos en la Normal realizamos un viaje a la playa, con el grupo de amigas fuimos al mar, en un principio no quería meterme, porque no sabía nadar, pero como el ambiente estaba bien padrísimo y solo seria un paseo en la banana, todas teníamos chalecos salvavidas que malo podría ocurrir si todo pintaba perfecto. Fue así que nos subimos a la banana , la lancha comenzó avanzar, al estar a la mitad del mar la banana se fue de lado y todos caímos de un sopetón ,lo que nos hizo que todos nos dispersáramos por el mar, la mayoría salió a la superficie, menos Yo, resulta que por más que yo quería salir de ella no podía ,todo porque un chico que estaba histérico cayó justo debajo de mí, para no ahogarse me sumergió y me estaba ahogando, yo solo recuerdo que el tiempo que estuve abajo se me hizo eterno , quería moverme pero el miedo me paralizo, así que como toda historia de acción surge la heroína a ¡salvarte! en este caso fue mi amiga Ivette, quien con sus poderes de mujer maravilla observo que ese chico me estaba ahogando, llego nadando hasta donde yo estaba, empujo con toda sus fuerzas al tipo ese que me estaba ahogando, fue ahí donde yo salí muy asustada por lo ocurrido, mi amiga me llevo hasta la lancha, me ayudaron a subir y me abrazo tan pero tan fuerte que sentí el gran lazo que nos unía, mi amistad con ella tomo mayor sentido, me había salvado la vida algo que no cualquiera lo hace.

A partir de esa fecha nuestra amistad se convirtió en una gran hermandad, llevamos 16 años de conocernos y siempre agradezco a Dios por ponerla en mi camino, ya que además de haberme salvado la vida siempre me impulsa para dar lo mejor, me aconseja, me escucha, el tener la misma profesión ayuda mucho, porque me comparte algunas ideas las cuales incluyo en los proyectos que realizo en beneficio de la niñez Oaxaqueña (Espacios naranjas para la construcción de paz en el estado de Oaxaca). Hemos crecido personal y profesionalmente.

El compartir este sentimiento con ella me ha permitido apreciar la amistad como algo único, sincero, honesto y leal. Conocer cada palabra, gesto sin que nadie lo entienda, hace que esta amistad sea muy especial.

¡Gracias por todo! por ser mi mejor amiga, por compartir momentos tristes y felices, por está amistad que dura por siempre.

Flor Edith Lázaro

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